Ya pasó el último lunes de agosto, se acabaron las vacaciones!
No os voy a mentir, me costó mucho levantarme para ir a trabajar, pero después de varias semanas sin escribir en mi blog tengo muchas ganas de compartir con vosotros mis experiencias veraniegas ! Después de varias escapadas, sin duda las vacaciones son el mejor remedio para recargar las pilas, experimentar nuevas sensaciones y disfrutar de un fantástico atardecer con tu gente y como no, también, son una estupenda fuente de inspiración!
Este verano estuve leyendo mucho sobre las plantas de biomasa en España, y como estuve muy cerca de la de Chiclana de Cádiz, quise saber mejor que hacían allí. Entre pescaitos y pescaitos, arena blanca y buena vida, porque os recuerdo estaba de vacaciones, pude comprobar que los gaditanos también tienen una planta de producción pionera a nivel mundial para el cultivo de algas destinadas a producir bioenergía mediante el uso de aguas residuales. Después de dos años de investigación, el proyecto europeo “All-gas”, en el que también participan Alemania, Austria, Holanda y el Reino Unido, anunciaba a principio de Agosto las primeras cosechas muy prometedoras de biomasa. El proyecto es ambicioso : depurar las aguas residuales para su reciclaje al mismo tiempo que producir un alto rendimiento en energía limpia. Y se prevé que de aquí a 2016, la planta de producción de biomasa alcancé una superficie de diez hectáreas, el equivalente a diez campos de fútbol, una extensión suficiente para cubrir el consumo energético anual de una flota de 200 vehículos urbanos.
Instalación de Aqualia en Chiclana, Cádiz. (Aqualia)
¡ Ojalá hubiera podido visitar la planta de producción ! Me fascinan las biotecnologías, y ojalá pudiera dar mi granito de arena y participar en un proyecto de producción de biomasa tan exclusivo como este… Pero antes de explicaros qué hace la producción de biocombustibles a partir de algas tan emocionante, veamos un poco cuales son las perspectivas de futuro de los biocombustibles.
¿Qué son los biocombustibles?
Ciclo neutro del CO2 para la producción de biocombustibles
Los biocombustibles son combustibles procedentes del uso de la biomasa como materia prima. A diferencia de los combustibles derivados de los recursos fósiles, la biomasa designa cualquier materia orgánica derivada de residuos o productos animales y vegetales, como pueden ser plantas, madera, residuos de procesos forestales y agrícolas o incluso productos de desecho biodegradables de la actividad industrial o urbana…
La biomasa es la única fuente de energía disponible en la Tierra que se está produciendo continuamente, sin que se agote. Durante la fotosíntesis, las plantas producen carbono orgánico mediante la fijación del CO2 atmosférico responsable del efecto invernadero (GEI, Gas de Efecto Invernadero) y la captación de la energía solar. Y por ello se suele decir que los biocombustibles son unas “energías limpias y renovables”, porque al contrario de los combustibles fósiles que tienen un gran impacto medioambiental en lo que se refiere a la emisión de GEI, la biomasa tiene un impacto neutro: el CO2 que emite ya lo había consumido antes para generar su propia energía.
¿Cuales son las perspectivas de futuro?
Frente al agotamiento de los recursos naturales fósiles en todo el mundo y a las emisiones de gases de efecto invernadero GEI resultante de la combustión de los combustibles fósiles, todos sabemos la enorme responsabilidad que recae en el ser humano por desarrollar nuevas fuentes de energía. En este sentido, este año la Unión Europea ha adoptado medidas claras para fomentar la producción y el uso de biocombustibles sostenibles con diversos programas de investigation. Pero no solamente se trata de limitar la extracción de recursos naturales fósiles, estas medidas son también una estrategia política para reducir la fuerte dependencia de la UE a la importación de combustibles fósiles extranjeros y por ende a la variabilidad de los precios de los barriles que desencadenaron las múltiples crisis del petróleo. El objetivo : aumentar de aquí a 2020 hasta un 10% el uso de biocombustibles para el transporte público.
¿Porque buscar una alternativa al petróleo?
La carrera hacia una nueva forma de combustible se hizo realidad a principio del siglo XXI cuando el precio de la gasolina alcanzó su máxima historia : el récord absoluto se estableció en verano del 2005 a más de 70 dólares por barril, cuando en 2003 su precio era de tan solo 25 dólares. Desde abril de 2006, hasta el presente, el precio del petróleo ha roto su propio récord mes a mes, llegando en mayo de 2008 a más de 133,174 dólares por barril. Hoy, en el mercado de futuros ya se compra a 168,96 dólares por barril. Y Según la Agencia Internacional de la Energía, la demanda mundial de petróleo podría superar dentro de 30 años la demanda de hoy en un 60%.
Es obvio que hay que buscar otra fuente de energía para mantener nuestra actividad industrial.
Precios internacionales del barril de petróleo Brent de mayo de 1987 a noviembre de 2011. (Wikipedia)
¿Todos los biocombustibles son iguales?
Según la materia prima empleada para la producción de energía, se pueden clasificar como biocombustibles de primera generación y biocombustibles de segunda generación.
Los biocombustibles de primera generación aparecieron hace 20 años y se refieren a aquéllos producidos a partir de materias primas de origen comestible (azúcares, almidones y aceites vegetales procedente de soja, girasol y palmas), mientras que los biocombustibles de segunda generación usan otros tipos de materias primas no comestibles (lignocelulosa, aceites usados, microalgas, aceites vírgenes no comestibles). Estos últimos parecen ser los más prometedores ya que su producción no compite con los suelos cultivables agrícolas.
Y, si se considera el estado físico, los biocombustibles pueden ser sólidos (residuos vegetales esencialmente), líquidos (bioalcoholes, biodiésel) y gaseosos (biogás, hidrógeno).
Esquema de producción del biodiesiel y bioetanol. (IFPEN)
¿Cuáles son los biocombustibles más consumidos?
Distrubución mundial del biodiesiel y bioetanol en 2010. (IFPEN)
Según los últimos datos del instituto público IFP Energies nouvelles (IFPEN), en 2010, el consumo mundial de biocombustibles representó el 3% del consumo total de combustible. Estos biocombustibles incluyen 73% de bioetanol para la motorización de gasolina (producido por la fermentación alcohólica de azúcares de diversas plantas como la caña de azúcar, remolacha o cereales), y el 27% de biodiesel de tipo éster metílico de aceite vegetal (o FAME del inglés Fatty Acid Methyl Ester) para motores diesel. Y, los Estados Unidos son desde 2007 los mayores productores y consumidores de biocombustibles en el mundo.
Consumo de biodiesel y bioetanol en Europa en 2010. (IFPEN)
En Europa, el biodiesel es de lejos el primer biocombustibles consumido (77% del consumo total frente al 21% del etanol y el 2% de puro aceite vegetal). El biodiesel se mezcla principalmente con los combustibles convencionales en diferentes cantidades hasta alcanzar un máximo de 7% en mezcla en la gasolinera.
¿Por qué apostar por los biocombustibles de microalgas?
Porque compiten directamente con el cultivo de vegetales comestibles, los biocombustibles de primera generación están en el punto de mira de muchos grupos ecologistas. Esto no quiere decir que los de primera generación no deban utilizarse. Por supuesto que sí, porque gracias a ellos se está abriendo el mercado. Los biocombustibles de segunda generación están abriendo una nueva era en la producción de energía limpia ya que su producción no compite con el sector alimenticio. Además, su proceso de producción es más eficiente y supone un mayor rendimiento energético por hectárea.
Y en mi próximo post, os explicaré qué hace la producción de biocombustibles de microalgas el proceso con más expectativas del sector energético. ¡Hasta pronto!
Elodie Brans.
elodiebrans.wordpress.com 
Pingback: Biocombustibles de microalgas (II) |